29.12.03

Marineros de los Mares del Destino II: Ramón Buenaventura

En esta ocasión, tengo el placer de entrevistar a Ramón Buenaventura, escritor, poeta, traductor y conocido por mucho de los navegantes por sus artículos sobre internet, su lista de correos y su libro de notas.

Cisne Negro: En primer lugar, querría agradecerte personalmente toda la labor de divulgación que has hecho en cuanto a utilidades e internet. Tus recomendaciones me han servido de mucho en mi periplo por la red, y si hoy tengo blog, es porque mucho tiempo ha leí un artículo tuyo que trataba la materia de las bitácoras; así di con Blogger. En principio no sabía muy bien qué utilidad tenía un blog, y lo usaba como una especie de carpeta de favoritos virtual. Pero poco a poco descubrí su potencial, hasta llegar a lo que aquí veis todos.
En todo caso, creo que, al menos entre muchos internautas españoles eres un referente en este mundillo. De las páginas de tus listeros he conocido gente muy interesante, como a Jueves de La Hispaniola, Danuto de Carpe Diem o a Otis Driftwood. En cuanto a las bitácoras, ¿Cómo definirías tú un blog?
Ramón Buenaventura: Curiosidad: la palabra «blog» no está aún en los grandes diccionarios ingleses, aunque puede encontrarse aquí. El término viene de (we)blog, que vendría a ser un cuaderno de anotaciones, un diario de abordo. En español, creo (no puedo demostrarlo) que yo estuve entre los primeros que propuso el equivalente «bitácora» (por cuaderno de bitácora, claro).
¿Definición? Sitio web, o sección de un sitio web, en que el usuario puede ir colgando por orden cronológico sus ocurrencias diarias o periódicas. Lo normal es que cada anotación incluya un enlace con otro sitio. Es un procedimiento muy cómodo para mantener al día una página y durará lo que tarde en inventarse otro procedimiento más cómodo o más eficaz.

CN: ¿Eres lector de bitácoras?¿Qué estilo de blog prefieres: diarios personales, de opinión, bitácoras técnicas, de enlaces...?
RB: Lo siento, mis lecturas bitacoreras son muy esporádicas. No leo, desde luego, los diarios personales, que sólo pueden interesarnos si nos interesa la persona que los escribe. En internet es muy difícil encontrar dos veces la misma página: uno se pierde en la vorágine.

CN: ¿Puedes nombrarnos tres bitácoras que consideres de referencia o leas frecuentemente? ¿Habría algún de los que ya existen del que te hubiera gustado ser autor?
RB: Las bitácoras de referencia son sólo una lista de enlaces, cuyo interés depende de quién recomienda. No, jamás he leído nada que me habría gustado escribir: prefiero admirar a los demás y resignarme a no ser autor más que de mis obras.

CN
: ¿Cómo valoras el fenómeno de las bitácoras en español? En cuanto a movimiento, ¿estamos muy lejos de la gran Babel de blogs en inglés? ¿Crees que las plataformas de opinión "individual" como estas pueden desbancar a los medios informativos en internet en cuanto a lectores y participación?
RB: Lo valoro en corto, en España y fuera de España. Es una moda tecnológica que desaparecerá, como tantas otras. Y no, no creo que los blogs vayan a desbancar a los medios informativos: en modo alguno. El blog puede desempeñar un papel importante en ciertos momentos informativos y en la denuncia de sesgos y omisiones por parte de los medios, pero tiene problemas irresolubles; entre otros, que a) casi nunca es conocido por un número suficiente de personas; b) no sabemos quién nos habla ni cómo forma su opinión; c) es extraordinariamente fácil de manipular.

CN: Cambiando un poco de tema, y yendo un poco a tus gustos personales, dinos un libro que consideres de cabecera o simplemente que estés leyendo actualmente.
RB: No tengo libros de cabecera, sino libros que se quedan en la mesilla de noche y a los que tarde o temprano hay que abrirles sitio en la ya inexpandible biblioteca. Ahora mismo estoy releyendo a Boris Vian. "J’irai cracher sur vos tombes", concretamente. También estoy con el último Hugh Thomas. Cada vez leo más historia.

CN: Finalmente, y para no cansarte mucho más, ¿Crees que internet es un buen medio para la literatura? ¿Puede hacer la red que la literatura cambie de formato, incluso en la edición en papel, acomodándose al nuevo medio?
RB: Sobre esto he escrito muchísimo. Véase, por ejemplo, mi Mínima enciclopedia del libro, la literatura y la edición, publicada por el Instituto Cervantes. Aquí la encontrarán tus lectores, en orden inverso.

Esto ha sido todo. Para no robar más tiempo a nuestro invitado acabamos aquí, de nuevo agradeciendo la colaboración de Ramón Buenaventura y toda la ayuda que nos ha prestado a los internautas, en este viaje de todos en la red de redes.

28.12.03

Vivir para el Arte

En una novela de José María Álvarez, en un momento determinado, cuando el protagonista y su joven amante tienen noticia de la muerte de Borges, sucede esto:

Recuerdo tu voz bellísima entonando aquellos versos: "Yo que tantos hombres he sido...". Luego hicimos una lista de certidumbres nuestras que mucho debían a su ejemplo y que acaso mucho le hubieran agradado:
Primero: la literatura es un Destino.
Segundo: sin duda, como Chesterton dijo, desde el principio todas las naciones han soportado gobiernos y todas se han sentido avergonzadas de ellos. Así, fuera de ser un tolerante conservador escéptico, amenaza una espesa vegetación cubil de la Fiera.
Tercero: preeminencia de las letras inglesas.
Cuarto: quizá la edición, al año, y en todo el mundo, de doce libros nuevos, fuera ya suficiente.
Quinto: y junto a lo anterior, obviamente, la supresión de prensa, radio, y demás dislates viciados por obsesiones tan de zopencos como la información y la actualidad.
Sexto: descreencia del sufragio universal, aunque sin vacilación prefiriéndolo al comunismo o al fascismo, mas por razones estrictamente de poder político.
Séptimo: de todas formas, el planeta y la historia de sus tribus, hijos del Azar o escritos desde siempre, sabidos desde siempre, en cualquier caso no merece sino la contemplación más serena y desesperanzada.
Octavo: el batiburrillo conocido por Arte Moderno es un error.
Noveno: en peores errores hemos hecho guardia.
Décimo: es rarísimo encontrar un pensamiento, un gesto inteligente o elegante posterior a 1945.
Undécimo: hay exceso de población.
Duodécimo: sólo se puede leer por placer.
Décimotercero: quizá no erraba el sueño de Phillip Mainländer.
Décimocuarto: nada pudo en siglos destruir a un escritor (y aquí puede leerse: un músico, un pintor, un arquitecto, un escultor, un filósofo, etc.). El siglo XX lo consigue haciéndoles creer que son personas como las demás.
Décimoquinto: no es posible una Historia sin pasión.
Décimosexto: la cultura -como una joya, una mujer o una copa de excelente vino- son regalos que algunos seres humanos ofrecen o reciben con carácter absolutamente individual.
Décimoséptimo: los poetas -según afirmaba Rilke de Hölderlin- salen solos, como la luna.


Es evidente el carácter snob o aristocrático de algunos de los puntos. No obstante, he preferido dejar el texto íntegro.

20.12.03

Harto de monólogos

Lo siento, no puedo más. A mucha gente le parecerán divertidos, hasta sumamente hilarantes, pero yo creo que el género humorístico de los monólogos se está convirtiendo en toda una pestilencia. Al principio podía tener su gracia (aunque se ha copiado el formato desde Estados Unidos -incluso la tapia cutre que tiene que estar detrás del humorista- Gila ya hacía algo parecido mucho tiempo antes, y mucho mejor), en los primeros intentos del catalán Buenafuente (de hecho, aún sigue teniendo estilo: debe de ser que lo que importa no es el guión sino la habilidad del artista), pero ahora ya es triste. Hoy he visto uno de esos programas de zapping un fragmento de una actuación reciente:
<<Vas a una zapatería... Todo lleno de zapatos... Zapatos por todas partes... Y viene el dependiente y te dice: "¿Qué desea?" [Risas] "Pues no sé, tío, tú qué crees" [O algo así, más risas histéricas]">>
Qué triste. Espero que esta moda termine pronto, porque estoy muuuy cansado de esas sartas de tonterías, todas con el mismo estilo. Por ejemplo... ¿Es esto gracioso?: "Lo que pasa es que, claro, tú conoces a una chica, te cae bien, es guapa... y como parece que no lleva malas intenciones, te olvidas y decides salir con ella. Al principio no hay problema, pero de pronto empiezas a notar cierta presión: estáis echando un kiki, ¡un kiki sin compromiso!, y, sin venir a cuento, la tía te suelta: "-Te quiero, Jorge" ¿Qué ha dicho? ¿Qué me quiere? ¿Pero yo que le he hecho a esta tía? ¡Son ganas de joder! En ese momento se ta baja el alma a los pies . Bueno, el alma y... todo lo demás." Pasen por esta página, hagan una búsqueda de la expresión "Lo que pasa", y verán la riqueza de vocabulario que tienen estas obras de arte.
Una pena...

17.12.03

Explosión en una catedral

Las palabras no caen en el vacio. ZoharMientras de día estoy leyendo la biografía de Lovecraft firmada por L. Sprague de Camp, de la cual quizá un día podamos hablar aquí, de noche me reservo mi segunda lectura de "El siglo de las Luces", de Alejo Carpentier.
Carpentier es como otro Stevenson. No tienen el mismo estilo, ciertamente, pero hacen vibrar al lector de la misma forma. La prosa del escritor cubano, maciza y barroca, que se desboca en cascada por las páginas del libro, sin apenas un diálogo de tregua, subyuga al lector. Ese gusto por el matiz hace que podamos sentir los olores que llegan desde tierra cuando uno de los personajes, Carlos, llega a puerto al inicio del libro, o que nos fascinen los colores y las formas que van apareciendo ante los ojos de Sofía y Esteban. "El siglo de las luces", además de ser una interesante novela de aventuras en el Caribe de principios del siglo XIX, es una reflexión muy acertada sobre el choque de culturas y el mestizaje, en parte retratados en el libro a través del intento de instaurar la Revolución Francesa en aquellas regiones.
"El siglo de las luces" es un libro duro de roer. Es curioso, pero con él me ha pasado algo que no me ha pasado con muchos libros: no me gustó al acabarlo, pero a medida que me distanciaba en el tiempo de él, más me gustaba. Finalmente, he vuelto a él y puedo decir que esta segunda lectura está siendo mucho más amena. En la facultad, nuestro profesor Luis Miguel Fernández nos hacía leer este libro como introducción a la cultura iberoamericana en su asignatura Literatura Hispanoamericana I, para resaltar ese carácter festivo, de culturas encontradas, de mestizaje y de barroquismo y de color del continente. Con el tiempo he sabido bien por qué escogía este libro.

12.12.03

La nueva Galaxia Gutenberg (¿y sus límites?), y 2

Cuando uno publica en internet, ha de presuponer que en el momento en que deja su obra en la red, esta se considera en manos de sus lectores de una forma mucho más plástica que en papel. En el medio electrónico cualquiera es capaz de trasladar un texto a otra parte con un simple clic de ratón. Y es algo que deberíamos aceptar, nos guste o no. La misma naturaleza del hipertexto nos hace observar que es (o debería ser) infinitamente reproducible en el oceáno digital. Creo que, si se respeta la autoría de todo texto, la red permite una difusión nunca antes concebida. ¿Cuántas personas habrán leído este blog? ¿500? ¿1000? ¿Habría llegado nunca a tanta gente con cualquier otro medio que no fuera secuestrar a un bebé y subirme al último piso de un banco?
Todo esto va porque, en algunas páginas me he encontrado la enojosa situación de que el botón derecho está desactivado. En vez del menú, sale una ventanita que dice "Este texto es propiedad de menganito." Bien, eso es cierto. Pero es no menos cierto que al estar en la red, ese texto ha cambiado su forma de concebir la autoría. No es que se pierda, pero sí diríamos que es más proclive a su difusión. Los autores de estas páginas que no permiten activar el botón derecho del ratón quizá no saben que si de verdad me quiero llevar ese texto, seleccionaré el texto y usaré ctrl+c, y ya estará copiado. Sin botón derecho. Si quiero llevarme una imagen y no me dejan salvarla, haré una "pantallada" y me llevaré la captura de imagen del monitor. O miraré el código original para saber dónde se aloja, etc.
Por eso, siempre que he hecho una página web, sobre todo con contenido cultural, he pensado que ese contenido está ahí precisamente para ser divulgado, y nunca le he puesto tan estúpida protección. Yo mismo he sido en alguna ocasión usado como fuente para otras páginas (en la breve presentación que hago de José María Álvarez, por ejemplo, autor con poquísima presencia en la red). ¿Qué se puede hacer? Poco. Si de verdad es una cuestión de propiedad importante, se pide permiso al autor o se reclama al servidor de la página. Pero, por lo demás (préstamo de noticias, imágenes, pequeños textos, enlaces), no intentemos poner puertas al campo.

11.12.03

Mujer picada por aspid

PIEZA DE MUSEO

Voluptuosidad incomparable, inefable embriaguez,
Yo te canto.
Paul Verlaine



Un escultor, un día -Auguste Clésinger
se llamaba- entregó al mundo
esa "mujer picada por un aspid"
que hoy conserva un museo.
Los turistas
junto a ella pasan; si alguno se detiene
lee la inscripción, y sigue
su visita. O con frecuencia
son grupos de chiquillos, dirigidos
por un profesor que les explica
los efectos de la terrible picadura,
cómo el autor captó el dolor,
la angustia, el miedo.
Y sin embargo
bastárales contemplar el vuelo de esos ojos,
ese rostro, escuchar los suspiros
que salen de su boca, de ese pecho
que infla el amor, esa espalda que se arquea,
esos muslos que aprieta
el gozo, para entender
que no es la Muerte la que toma
a esa mujer, sino el placer,
el éxtasis, la absoluta
anonadación del orgasmo. Si el buen Auguste Clésinger
se vio forzado por la censura de su tiempo
a inventar una anécdota trivial
que permitiera a sus ensueños
ser expuestos en el Salón del 47,
qué sutil, fascinador, inteligente
fue, para legarnos esa belleza apasionada:
el instante supremo
en que una mujer entrega su carne
a la Historia.

José María Álvarez, en "El botín del mundo". Ed. Renacimiento, 1994.

5.12.03

Estos días azules y este sol de infancia...

Cuando transcribí el pequeño artículo anterior sobre Lovecraft y lo relacioné con Machado, no pude evitar releer el tomo de Poesías Completas que tengo de la edición Espasa a cargo de Manuel Alvar. Siento ser tan poco original en el título -hace poco visité una bitácora, no recuerdo cuál, quetitulaba de la misma forma el post [creo que era ésta]-, no he podido resistirme a ese último verso, porque creo que encierra mucho del mundo poético del Machado más famoso (y que conste que siempre he preferido al otro)

Releyendo "Soledades, galerías y otros poemas", la primera obra de Machado, con el tiempo uno llega a ver los pequeños detalles de su poesía. "Soledades..." aún acusa las lecturas modernistas del autor, los ecos románticos de, por ejemplo, "En el entierro de un amigo", pero vemos que poco a poco se va abriendo a una nueva sensibilidad. Es algo que se aprecia en el poema nº III del libro:

La plaza y los naranjos encendidos
con sus frutas redondas y risueñas.
Tumulto de pequeños colegiales
que, al salir en desorden de la escuela,
llenan el aire de la plaza en sombra
con la algazara de sus voces nuevas.
¡Alegría infantil en los rincones
de las ciudades muertas!...
¡Y algo nuestro de ayer, que todavía
vemos vagar por estas calles viejas!


Aunque aún podemos ver retazos del exceso modernistas (esa primera exclamación), vemos como el poeta se sirve ya de técnicas que se asemejan al impresionimo en esa descripción de la calle y los colegiales.
Tanto en Machado como en otros poetas (Neruda, Gabriela Mistral, César Vallejo, Juana de Ibarbourou) es muy interesante obervar cómo se produce en cada uno de ellos la destrucción de la lírica modernista.
Siempre que recuerdo la lectura de Machado me viene a la cabeza la sensación de que su poesía es algo así como la evocación de un recuerdo de infancia, de un pueblo tranquilo a mediodía, de una imagen borrosa y deslumbrada por el sol, como en un sueño. De inmensa calma, de cierta tristeza, pero de gran vitalidad.
Antes que filólogo, hay que ser lector.

Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.
Es la clase. En un cartel
se representa a Caín
fugitivo, y muerto Abel,
junto a una mancha carmín.
Con timbre sonoro y hueco
truena el maestro, un anciano
mal vestido, enjuto y seco,
que lleva un libro en la mano.
Y todo un coro infantil
va cantando la lección:
«mil veces ciento, cien mil;
mil veces mil, un millón».
Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de la lluvia en los cristales.

4.12.03

La nueva Galaxia Gutenberg (¿y sus límites?)

Comentábamos hace mucho que internet se había convertido en un nuevo paso en la evolución textual. Si Gutenberg, con la imprenta, liberó el conocimiento de los manuscritos y lo sacó de las bibliotecas monacales, internet es el segundo gran paso al dar la misma voz tanto al escritor consagrado como a cualquier persona que considere que tiene algo interesante que decir. El problema, claro, de ese rasero nivelador es que es un arma de doble filo. El manifiesto ARS es una manifestación histriónica en este sentido.

Con la excusa de que "cada día hay más hordas de asociales, analfabetos y faltos de afecto lanzándose a escribir sin pensárselo siquiera", este manifiesto propone un "voto de pureza", una especie de normas de estilo para el blog. Entre otras cosas, aconseja dejar temas personales fuera de las bitácoras, censura temáticas determinadas; obliga al uso de comentarios; no permite ni citas célebres, ni pasteos, ni noticias, ni blogs temáticos, pero tampoco hablar de todo; no hablar de los problemas, pero tampoco de lo feliz que es uno... Podríamos continuar así un rato.

El problema, como también acusa el cínico Borja Mon de York -el cual, por cierto, ha agriado mucho más sus críticas desde que ha quitado los comentarios de su blog- es que se ataca frontalmente a los blogs de carácter personal. Tanto los autores de este manifiesto de bar como el Borja no soportan este tipo de blog, ignorando que constituye un género asentado, y pedir su eliminación es como pedir que no se escriban más novelas rosas. Siempre habrá. Si no gustan, pues no se leen y sanseacabó. El manifiesto, por lo demás, pone el dedo en la llaga de algunos puntos que se están convirtiendo en tópicos en el mundo de las bitácoras, cosa que le da algo de razón. Curiosa lectura, en fin.

3.12.03

Homenajes musicales (I)

Gracias a internet he podido profundizar en un género musical que siempre me ha llamado la curiosidad: los homenajes (o mal llamados "tributos" en español, puesto que tributo es un "falso amigo" en inglés: significa "tasa, impuesto", etc.) a otras bandas. Normalmente estos álbums consisten en versiones de otro grupo al que se rinde pleitesía, a cargo de una misma banda o de una selección. Aparte de grupos inevitables como The Beatles, Pink Floyd, etc., me llaman la atención los homenajes a grupos insignia del heavy metal o del rock duro. Hoy pasaremos revista a dos de ellos.

ApocalypticaThe Four HorsemenMetal MilitiaMetallica Assault

No cabe duda de que Metallica ha sido una de las bandas más influenciadoras en el heavy metal de la historia. De esta banda he contabilizado hasta 9 discos-homenaje en diversos estilos: desde el original hasta la música industrial, pasando por el death metal o con un cuarteto de cuerda. De los que he escuchado, comentaré cuatro. En primer lugar el de Apocalyptica, titulado "Plays Metallica by four cellos", no deja lugar a dudas. Cuatro jóvenes intérpretes de cello se interesan, además de por la música clásica, por el heavy, y así nace esta interesante propuesta que aúna ambas músicas. El grupo aún está un poco verde -sobre todo en el cello que realiza la voz principal-, pero vale la pena. De los tres otros homenajes restantes, "The Four Horsemen" -el más comercial y uno de los más extremos-, "Metal Milita" -atroz la versión de unos tal Miscreant de "Fade to Black"- y "Metallic Assault", me quedo con el tercero, donde no son grupos sino músicos unidos especialmente para cada canción los que realizan el homenaje. Entre ellos se cuentan John Christ (guitarra de Danzig), John García (cantante de Kyuss), Jason Bonham (hijo de John Bonham de Led Zeppelin) , etc.

Nativity in Black 1String Quartet TributeSabbatumA Lounge Tribute

Pero si hay una banda de la cual no dejan de sorprenderme sus homenajes, ésa es Black Sabbath, la banda pionera del heavy metal y culpable del doom metal y del stoner rock, cuyos primeros seis discos son imprescindibles para cualquier seguidor de este estilo. Hay más de una docena de homenajes, entre los que se cuentan los que aquí comento: "Nativity in Black I & II", donde los más populares grupos (Type 0 Negative, Megadeth, White Zombie, etc.) realizan versiones muy interesantes del grupo (fascinante el "Iron Man" rapero de Bhusta Rhymes), pero los más curiosos son, por ejemplo, "Bhangra Bloody Bhangra", homenaje en música hindú (sitar y esas cosas) -no incluido entre las imágenes de arriba-; "The String Quartet Tribute", con el cuarteto de cuerda que tantos ha grabado ya; el increíble "Sabbatum" del grupo de música antigua Rondellus, que versiona a los Sabbath con instrumentos medievales y letras en latín, absoultamente imprescindible; o el "Sabbath in the Suburbs: a lounge tribute", con unas versiones curiosísimas (un "Iron Man" a la caribeña; un "Mr. Crowley" a lo Frank Sinatra) de lo que podríamos denominar "música de ascensor".

El mundo de los homenajes musicales nunca deja de sorprender a los melómanos curiosos. La fusión y la intertextualidad también se ve reflejada en este pequeño mundo musical que no entiende de racismos y sí de mestizaje.

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